Desde niño me encantaba jugar con las cámaras. En los viajes familiares siempre era el encargado de las fotos. Y muchas veces acababa perdido del grupo, tomando fotos a algo que me llamaba la atención. En el 2013 descubrí que tomar fotos no solo me divertía, sino que a través de ella descubro muchas cosas más que sólo imágenes. Desde entonces, se ha convertido en una terapia personal y una de las pasiones más grandes de mi vida.
La fotografía es el medio más poderoso para conectarme con el objeto y el espíritu. A través de la cámara logro una conexión intensa y un diálogo profundo con la naturaleza y conmigo mismo. En la búsqueda de la imagen perfecta de un paisaje, he encontrado no sólo armonía visual sino también la armonía más profunda del ser humano.
De la naturaleza venimos, es nuestra esencia. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida inconscientemente nos esforzamos por alejarnos de ella. Nos apegamos al ego, a la avaricia, a la ambición materialista… El resultado es una confusión, un vacío que no se puede llenar ni con los mayores lujos ni las máximas comodidades.
En mis fotografías la imagen final ha dejado de ser una meta, sino más bien el resultado de una conexión íntima con la naturaleza. Espero que a través de mis imágenes, las personas puedan experimentar ese reencuentro con lo no tangible pero sí esencial, con lo que da significado a nuestra existencia. Que experimenten un reencuentro con su propia esencia a la que tanto anhelamos regresar.


Desde niño me encantaba jugar con las cámaras. En los viajes familiares siempre era el encargado de las fotos. Y muchas veces acababa perdido del grupo, tomando fotos a algo que me llamaba la atención. En el 2013 descubrí que tomar fotos no solo me divertía, sino que a través de ella descubro muchas cosas más que sólo imágenes. Desde entonces, se ha convertido en una terapia personal y una de las pasiones más grandes de mi vida.
La fotografía es el medio más poderoso para conectarme con el objeto y el espíritu. A través de la cámara logro una conexión intensa y un diálogo profundo con la naturaleza y conmigo mismo. En la búsqueda de la imagen perfecta de un paisaje, he encontrado no sólo armonía visual sino también la armonía más profunda del ser humano.
De la naturaleza venimos, es nuestra esencia. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida inconscientemente nos esforzamos por alejarnos de ella. Nos apegamos al ego, a la avaricia, a la ambición materialista… El resultado es una confusión, un vacío que no se puede llenar ni con los mayores lujos ni las máximas comodidades.
En mis fotografías la imagen final ha dejado de ser una meta, sino más bien el resultado de una conexión íntima con la naturaleza. Espero que a través de mis imágenes, las personas puedan experimentar ese reencuentro con lo no tangible pero sí esencial, con lo que da significado a nuestra existencia. Que experimenten un reencuentro con su propia esencia a la que tanto anhelamos regresar.
